Creemos que el viñedo es lo más importante para hacer un gran vino. Por eso queremos conocer nuestra viña, trabajar año a año con ella, para poder mejorar su potencial. Es esencial el respeto al equilibrio natural, que nos dará el bien más preciado, una uva extraordinaria.
Cada una de las parcelas en las que hemos dividido el viñedo es estudiada a lo largo del año, para poder aplicar en ella los trabajos y tratamientos necesarias, mediante el empleo de lo que se conoce como “micromanagement” del viñedo. Esta forma de trabajar cada terruño nos asegura que la uva y el vino reflejen la personalidad de la variedad y de su propio entorno.
Es necesario controlar el grado de vigor que nuestra planta debe tener, para asegurar la mejor calidad de las uvas. Nuestro objetivo es conseguir racimos y bayas pequeños, para que todas las uvas alcancen el punto óptimo de madurez en el momento de vendimia.
El viñedo de Pago de Larrainzar cuenta con instalación de riego por goteo, para asegurar que la planta reciba el agua necesaria, independientemente de las condiciones de lluvia de cada estación, para mantener un adecuado desarrollo de la vegetación y un correcto equilibrio hoja-fruto y asegurar así el agua suficiente durante la maduración de las bayas. Los goteros están descubiertos, a unos 30 cm del suelo.
Pago de Larrainzar se ha preparado para poder abastecer de agua a la planta, si fuera necesario, mediante la construcción de una balsa de 5.000 m3 de capacidad útil.