Pago de Larrainzar

Crianza

En Pago de Larrainzar, la madera es el complemento de nuestras uvas, donde duermen aquellos caldos que un día imaginamos. Por eso, aseguramos la temperatura y humedad perfectas, para este vino con alma, que va ganando en complejidad mientras pasan los meses.

Creemos en el ensamblaje, partiendo de decenas de vinos diferentes, según las diversas variedades, diferentes tonelerías, distintas capacidades y grados de tostado de nuestras barricas de roble francés, renovadas cada tres años.

Cada año adquirimos un tercio de barricas nuevas, siempre después de la fermentación de los vinos. Así podemos seleccionar las mejores maderas para ese vino en concreto.

Un trabajo sosegado y de gran finura, al que aporta su saber nuestro prestigioso enólogo Ignacio de Miguel Poch.

Tras su paso por barrica, el vino Pago de Larrainzar es embotellado en botellas troncocónicas, de cuidado diseño, utilizando corcho natural de la mejor calidad. Es entonces cuando se inicia su reposo en nuestro botellero, que cuenta con una capacidad de 100.000 botellas.

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